AW 24

Nov 09, 2023

Otoño-Invierno 2024-25 irradia energía solar con soluciones de impacto positivo.

Se tiene cuidado de preservar y mejorar una serie de criterios como parte de un enfoque sostenible global.

Para alejarse de modelos de cultivo intensivo que debilitan los suelos y reducen la biodiversidad, las materias primas se obtienen a partir de residuos textiles o de la industria agroalimentaria. Cada vez se desarrollan más soluciones materiales para anticipar mejor el final de vida de un producto, en particular eligiendo composiciones que faciliten el reciclaje o la biodegradabilidad.

Entre otros aspectos destacados de esta temporada, vemos una diversidad cada vez mayor de materiales protectores extraídos de recursos renovables rastreables y lanas climáticas que respetan los pilares del bienestar animal.

Si bien un enfoque sostenible en sí mismo debe ser riguroso, no es necesariamente sinónimo de austeridad visual. De hecho, los textiles con impacto ambiental reducido abrazan la fantasía, con atractivos motivos, bordados, jacquards, encajes y matices.

Para lograr el objetivo fundamental de la circularidad en la moda, deben involucrarse todas las etapas de producción.

El reciclaje ya está bien establecido y ahora avanza hacia procesos de producción de circuito cerrado, regenerando residuos textiles de lana, algodón, sintéticos o celulosa.

Junto al tradicional reciclaje mecánico de lana y algodón, las fibras artificiales obtenidas mediante reciclaje químico, derivadas de residuos de celulosa o subproductos agrícolas, están ganando terreno en la oferta, contribuyendo a aliviar la presión sobre los recursos vírgenes.

Se utilizan varias palancas para promover la reciclabilidad de los materiales. La elección de fibras largas antes del proceso de hilatura tiene como objetivo mejorar la calidad del producto. Las mejoras en los tratamientos funcionales y acabados decorativos también apuntan al reciclaje.

Para anticipar el impacto de los productos al final de su vida útil, los sintéticos están mejorando sus plazos de biodegradabilidad. En condiciones adecuadas y gracias a aditivos y polimerizaciones específicos, su descomposición ahora puede reducirse de varios cientos de años a sólo unos pocos meses.

Los fabricantes están intensificando su creatividad para proponer materiales que protejan contra el frío, el viento y la lluvia, sin recurrir a recursos fósiles.

Las poliamidas diseñadas para aplicaciones en exteriores se fabrican a partir de recursos naturales polimerizados. Estos biopolímeros se desarrollan en tejidos de punto, tejidos, membranas y revestimientos, para un rendimiento repelente al agua, resistente al viento e impermeable, libres de petroquímicos.

Otra opción en cuanto a protección contra la lluvia es el uso de revestimientos de ceras naturales o acabados a base de aceite vegetal.

Combatir el frío nunca ha sido tan naturalmente imaginativo. Las pieles sintéticas derrochan ingenio y se reinventan en composiciones de bajo impacto.

Las propuestas sintéticas se trasponen a los biopolímeros, con tejidos esponjosos, de pelo largo o con efectos de borreguillo.

Las lanas convencionales y recicladas vienen en una gran variedad de versiones tejidas y de punto, en pieles sintéticas cortadas, pieles muy peludas y vellones ondulados. Los tejidos de algodón orgánico también suben a escena en versiones de pelo sintético de fibras vegetales con una suavidad reconfortante.

La transición ecológica también está en marcha entre los especialistas de la fantasía, y esta temporada florecen las propuestas de nuevos productos con un impacto medioambiental reducido.

Las impresiones propuestas sobre bases realzadas con un valor añadido ecológico van mucho más allá de la mera demostración de saber hacer.

Los motivos elaborados sobre bases de celulosa procedentes de bosques gestionados de forma sostenible están ahora firmemente arraigados en la moda. Los diseños tejidos, pata de gallo, espiga y cuadros se obtienen sin el uso de hilos teñidos y, en cambio, se basan en contrastes en los tonos naturales de las lanas, en tonos crema, tonos grisáceos y marrones cálidos.

Están proliferando los procesos de coloración de impacto reducido, con tintes vegetales de tonos vibrantes gracias a pigmentos naturales y tecnologías de fermentación de subproductos agrícolas.

Encajes y bordados componen ramos aireados sobre bases de poliamida reciclada. Los cordones Leavers más refinados presentan nuevas composiciones con algodones orgánicos y poliamidas de origen biológico. Las lentejuelas de nueva generación están hechas de materiales reciclados.

La máxima fantasía y la conciencia ecológica se unen para crear una moda que combina un impacto medioambiental reducido con el máximo atractivo visual.

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